al César lo que es del César (…) esto no es un epitafio

César Rojas fotógrafo de espejismos, hizo de su cuerpo y su rostro una geografía de alteraciones imposibles. Lo sublime como grito atronador, una belleza maldita, su mirada modelada frente al lente, su cuerpo exigido siempre al límite.

Cultivó la composición barroca, abigarrada, fabulosa, clásica. Delineó en imágenes un paisaje de lentejuelas y tacones. Representó una Venezuela trasvesti, antiépica, cuya sonrisa petrificada y cabellos platinados trasparentaron hasta convertirse en signo identitario de una nación exigida a ser siempre otra cosa, una nación más allá de los bordes que la contienen, una nación grotesca, cursi, insoportable como la nuestra.

César Rojas se abrazó al espíritu de los demonios expresionistas, su apuesta estética se centró en la indagación por la habitación cerrada y agónica del espíritu interior, el andamiaje. Gustaba retratar aquello que sostiene lo aparente, lo que muestra precariamente una esencia, ocultándola.  Nada es lo que está ante tus ojos.

Aborreció el paisaje vernáculo de las costas venezolanas. Nunca abrazó el impulso humboldtiano y se hizo artista viajero huyendo de la naturaleza. Se hizo Doña Bárbara escapando del miedo, consciente de que su propio cuerpo era territorio indómito y salvaje. Por tanto, su escape era imposible, pero insoslayable.

César Rojas amó el teatro, la puesta en escena, las máscaras, los disfraces, la naturaleza arbitraria del signo, los laberintos incesantes de la imagen.

Iconoclasta mantuvo el equilibrio y la fantasía hasta el límite. Se hizo sombra, vacío, ausencia. Cultivó la ecuanimidad siempre, la ONG siempre será tu casa (…)

Expositores
Cesar Rojas
Carolina Muñoz
Jose Joaquín Figueroa
Marcos Durán
Beto Gutiérez
Juan Toro
María Antonia Rodríguez
Martín Castillo Morales
Deborah Castillo
Violette Bule
Lisbeth Salas
Max Provenzano
Andreína Mujica
Rolando Peña
Nina Dotti