Matías Krahn Uribe es un artista chileno nacido en 1972 y afincado en Barcelona.
Desde un año de edad, cuando su familia se trasladó a Sitges, ha vivido en Cataluña, tierra que lo acoge y en la que trabaja. Es licenciado y doctorado cum laude en Bellas Artes por la Universidad de Barcelona. La trayectoria de Matías Krahn hasta la fecha cuenta con 25 años de intensa vida profesional dedicados exclusivamente a la pintura, con más de treinta exposiciones individuales en distintos países, aparte de colectivas y ferias internacionales. Quien conozca algo de su trayectoria podrá observar la diversidad de su recorrido creativo. Cada etapa de su exploración ha sido intensamente vivida y experimentada desde un afán siempre sincero, en una búsqueda caracterizada por su libertad. En ese sentido no es un artista habitual, aunque si lo miramos bien: ¿No es el arte una exploración constante? Matías Krahn no es encasillable ni tampoco lo pretende. De ahí que nos lo ponga difícil y, a la vez, fácil. Su terreno es el de los símbolos, los colores, la pintura y sus códigos sutiles y reales: la pintura como una ventana y también como un espejo entre dos mundos. La llave: abrirse al viaje que nos propone. Su arte es medicina para el alma. Su obra reciente está dotada de una fuerza capaz de alterar el cuerpo, dar energía y permitirnos reconectar con la vida. No es una falsa promesa. La belleza de su pintura es resultado de procesos muy intensos de exploración de la sombra personal y colectiva. Hace un par de años pudimos ver su obra en La Llum Negra en el CCCB, que exploraba el arte en las tradiciones secretas. Su mundo poético no es fruto del azar. Su arte está marcado por la poesía y por la magia.
Instagram: @matiaskrahn_