Natalia Matzner (a.k.a Ratalia Espigadora)
…entonces, veía la ciudad y más específicamente el espacio urbano como un área de tránsito antes que un lugar para ser habitado, un espacio incomodo y hostil para que no pueda ser repensado…
Martín Rico (aka Misfita)
Los denominados “espacios públicos” hoy en día están para ser transitados, para ir de un lugar a otro, no para detenerse y habitarlos, no para “hacer barrio” o comunidad, no para compartir ideas y crear alianzas. Los “espacios públicos” son sumamente funcionales: en la ciudad estamos para producir, trabajar, no para poetizar, detenerse, parar ‘la máquina postfordista’ y repensarse y repensarnos. La siguiente serie de fotos “Parásito” y entrevista a su protagonista Misfita nos entrega luces: políticas, afectivas y poéticas. Con sensibilidad nos ‘entrena’ para poner ojo a esos espacios inútiles o invisibles que no prestamos atención y que pueden ser habitables, y a su vez que presentan el absurdo de la vida urbana.
Sin duda, ante tanto control y coerción lo más revolucionario que se puede hacer es buscarle el punto absurdo del asunto, y ante todo: saber pasarlo bien, y eso pienso que hizo Misfita al realizar cada cuadro de “Parásito”.
La trayectoria del autor está bastante enfocada en la experimentación de la autorepresentación. La performance “Boda Cloaca” expone mediante un concurso su necesidad de adquirir papeles para permanecer en la comunidad europea o la serie “Piedras Eléctricas” donde nos asombra con atmósferas que exponen su cuerpo en la era post-industrial.
¿Cuál es el lugar que deben ocupar los ciudadanos en las urbes actuales? ¿Cómo operan los urbanistas para sincronizar nuestros tránsitos cotidianos?
Si ir de un punto A a uno B fuese un baile es uno con muchísimas normas que respetar. La idea de ciudadano demanda un deber y para ello hay ( y de sobra) leyes que respetar para usar el ‘espacio público’.
Misfita con su serie “Parásito” nos recuerda que ser ciudadano en urbes como Barcelona y desplazarse por ella es saber una coreografía específica: si te equivocas en un paso puedes ser “el que arruina la fiesta” e incluso ser expulsado. Los tránsitos están demarcados, los mobiliarios públicos como los asientos están hechos para que a nadie se le ocurra recostarse, las entradas de los ventanales que podrían funcionar como asientos en espacio público los llenan de púas. Y la famosa dicotomía civilización/salvajismo se devela en los espacios demarcados donde sólo allí los árboles pueden crecer. Todo está “por algo” y “para un uso específico”, pareciese que hemos perdido la posibilidad de reinventar nuestros espacios y lugares habitables en la cotidianidad.
Pareciese que las ciudades actuales están hechas para ser vistas y no vividas. Se teme al contacto humano, a la agrupación espontánea, al intercambio de fluidos y vidas demasiado ‘orgánicas’ (versus las relaciones a través de la pantalla). Parece que transitamos en espacios estéticos y ornamentales, tal como esas ‘salas de estar’ de sillones con cojines infladitos donde nadie se ha sentado en siglos.
A continuación la entrevista al gran Misfita:
cuál es tu nombre (escoge el que quieras) y de dónde eres:
lo cambio mucho y dependiendo de lo ke esté haciendo, por ahora estoy con misfita.
tienes un blog o web?
si, uno es https://www.behance.net/martinrico , que cuando abrí la cuenta de blog y comencé a meter información era una iniciativa independiente, hace como un año la compró adobe (vaya putada) también tengo una cuenta en archive.org ( https://archive.org/details/@misfita ) esta cuenta es reciente y apenas la voy actualizando, me gusta más ke la otra porque en archive todo es para ser descargado en buena resolución. cabe decir que todo lo que hago está libre de copy right y puede ser utilizado para cualquier fin sin animo de lucro.
nombre de la serie de foto que presentamos en el blog de la ong:
parásito
dónde hiciste esa serie y cuándo:
la hice en barcelona entre 2014-2015
qué características tiene la ciudad de Barcelona para que te hayan dado ganas de mostrar ese absurdo o ironía del espacio urbano.
viene de pensar estos espacios que parecen inútiles y por eso son invisibilizados.
era también una necesidad de verme o medirme en el espacio que habitaba.
la arquitectura urbana es muy racional y todo se construye bajo una normatividad de cuerpos y con unos usos demasiado específicos, mi idea era cuestionarme estos prejuicios, desaprehenderlos.
quién registró y ese quien qué relación tiene con el concepto y la performance en sí.
los registros los hicieron distintas colegas o yo con un trípode, si que hubo alguien (rodrigo van zeller) con kien colaboré un montón de veces, para mi era mucho más entretenido cuando lo hacía con mas gente y creo que para las colegas también, porque eran quienes veían las reacciones de la gente al rededor y oían sus comentarios.
con rodrigo hicimos más cosas además de estos registros, también nos casamos para regular mis documentos en la unión europea, hemos hecho algunos vídeos más y me ha invitado a performar en un espacio que lleva junto a otra (madame jasmine).
cuál es la importancia del registro en relación a la performance.
Las perfos comenzaron pensadas como registro únicamente, fue después de unas sesiones que nos dimos cuenta como la gente se ponía al ver este tipo de situaciones, de ahí comenzamos a quedarnos más tiempo en las tomas aunque sólo para entretenernos, esto no lo documentamos porque era una cosa más vivencial, para quienes estábamos ahí.
sobre autoficción: ¿eres tú quien se auto-representa en esta serie de fotos? en ese caso me gustaría tener de ti una pequeña reflexión sobre tu relación con la urbanización tan poco habitable de las ciudades globales en la actualidad y si algo colabora a tu cotidianidad haber hecho esta serie y darle nuevos usos a esos espacios públicos poco amables.
la serie salió por un cuestionamiento sobre espacios inútiles o invisibles, creo que la manera de abordarlo fue desde mis recursos más cercanos, el cuerpo, de ese modo es algo personal.
si que me planteaba un problema urbano porque la ciudad esta construida para un tipo de cuerpo bastante normativo, sin contar con que el mobiliario urbano prácticamente te obliga a disponerte en ciertas posiciones que según el caso resultan extremadamente incomodas.
entonces, veía la ciudad y más específicamente el espacio urbano como un área de tránsito antes que un lugar para ser habitado, un espacio incomodo y hostil para que no pueda ser repensado