"Ministra experimentar no es improvisar"

Off

Estimada Ministra del Poder Popular para la Educación Universitaria Marlene Yadira Cordova al leer sus declaraciones en la prensa nacional (Últimas Noticias; 11/10/2011) sobre el tema de la Universidad Nacional Experimental de Yaracuy siento una profunda indignación, sus palabras develan el profundo desconocimento de la UNEY como proyecto. Todo apunta a que pretenden convertir la dimensión experimental que nutre a la UNEY en una espiral de la improvisación y el desasosiego. Queda claro que la decisión que tomó desde la instancia que ocupa en el MPPEU atenta contra la comunidad universitaria de la UNEY, comunidad dedicada con profunda dignidad humana y académica a brindar una educación universitaria a todas luces alternativa, de clara vocación experimental, orientada hacia una educación de calidad y con un claro sentido de pertinencia.

Me siento plenamente identificado con la UNEY. Comparto con esta universidad sus horizontes; comparto con la UNEY su filosofia abierta, expandida, su vocación universal y su dimensión agónica, local, contingente. Compartir -ministra- significa que coincido en ella para participar -formar parte- de la vivencia de nuestros territorios a través de una transformación cultural integral y experimental; en la UNEY inventamos el espacio que queremos habitar a través del valor de educar y la comprensión de Venezuela;  ideas que compartimos en la UNEY mediante el diálogo permanente, principalmente con sus miembros fundadores: Freddy Castillo Castellanos y José Luis Najul. Ahora bien, compartir -ministra- representa: que con ella (UNEY) partimos en el viaje hacia nuestro destino de hombres y mujeres. Ministra compartir es un viaje, allí nos encontramos sumergidos quienes hemos apostado nuestro presente  y futuro a la creación como práctica del intelecto humano. Ministra crear no significa destruir, así como construir no se refiere estrictamente a edificar, la UNEY es algo más que un edificio, pretende ser ideas; la UNEY es un proyecto: política y poética del territorio.

No obstante, me pregunto: ¿Usted realmente conoce lo que acontece en la UNEY: ha conversado con sus profesores, estudiantes, personal obrero y administrativo; ha visitados sus aulas, usted ha probado las recetas del CIG (Centro de Investigaciones Gastronómicas), ha conversado sobre la creación y gestión social del deporte; usted ha revisado las investigaciones realizadas por sus estudiantes, los informes de pasantía de los estudiantes?

Considero que debió tomar tiempo para realizar algunas de estas cosas, por ejemplo: conversar sobre el color con Santiago Pol; ejercitar el paladar en Sal Si Puedes; revisar los maravillosos libros de nuestra biblioteca Eliseo Jiménez Sierra; sentarse frente al Samán de Guama; discutir con los estudiantes sobre el rol del diseño, la alimentación y el deporte, en la construcción de nuestra joven democracia participativa y protagónica.

Usted -ministra- debió contemplar el maravilloso paisaje que representa la UNEY, la Universidad de la Cultura, antes de improvisar una decisión egótica, antidialógica y unidireccional, que considero agrede a la comunidad que nos constituye y constituimos: la UNEY.

Se trata, siguiendo las ideas de Simón Rodriguez, de experimentar o errar. Usted, por el contrario, tergiverso estas ideas: improvisó y erró. Ministra experimentar no es improvisar. Usted se dejó llevar por la oscuridad de un punto de información, sin volumen, sin dimensiones, sin espacio; punto de información redactado desde las sombras que habitan las entelequias amenazantes de siempre, ciegas de tanto habitar en la oscuridad de las certezas delirantes de su universo restringido y monocolor. Usted se conformó con el punto  y cercenó la posibilidad de contemplar las luces (reveronianas) del paisaje. Ministra un punto no es el territorio.

Entonces, no sorprende que sus actos no guarden las formas mínimas de la relación entre iguales; tomar una decisión de esta magnitud en vacaciones, sin la mediación de la palabra, parece asunto de cuarteles y no del diálogo entre ciudadanos. Sepa que ante la ausencia de las formas cualquier ética posible se desvanece, nada puede contenerla. Espero, disponga en su agenda tiempo y espacio para indagar -siempre es posible- sobre la UNEY. Le advierto que sobre usted descansa una inmensa responsabilidad y un compromiso frente al territorio humano de hombres y mujeres que habitamos la UNEY y conformamos la dignidad ética y estética de su topografía agónica y contingente. La UNEY es la imagen del país que queremos habitar y estamos comprometidos con su construcción, también con su defensa.

Viva la UNEY carajo!

Gerardo Zavarce

Comunidad UNEY

Colectivos Organización Nelson Garrido

Loading