“(…) la mujer (…) iba al frente, mirando altaneramente, y cuando estuve a su lado vi que se pasaba la lengua por los labios, lenta y golosamente se pasaba la lengua por los labios que sonreían.”
Julio Cortazar, Las Ménades
Egresada del desaparecido Instituto Universitario de Estudios Superiores de Artes Plásticas Armando Reverón en el 2003, Deborah Castillo (http://www.deborahcastillo.com/) inicia su camino en las artes visuales a través de la cerámica y se va diversificando, con el tiempo, hacia el video-arte y la performance.
La obra de Castillo “le habla” al público: toca temas políticos actuales como la extranjería, la opresión, los gobiernos militaristas, la idolatría, las desafortunadas políticas culturales —retratadas con sorna en sus fotonovelas seriales en las que la artista asume el alias de “Profunda Mol, ministra de cultura” y se retrata en aventuras que satirizan problemas como el famoso robo de la Odalisca con pantalón rojo del MAC, ocurrido en el año 2002—. Castillo ha incursionado también en el ámbito musical con el grupo Historiografía marginal del arte venezolano[1] lo que he la valido ser objeto de múltiples agresiones por parte del público.
El arte —dice Simón Marchán— se entiende como una serie de códigos comunicativos; la obra de arte contiene uno o varios mensajes que deben llegar a uno o varios destinatarios. El arte se mide, así, en cuanto a su capacidad comunicacional. Según estos estándares, la obra de Castillo es de una gran eficiencia comunicativa: su individual, Acción y culto, llevada a cabo entre febrero y abril del año 2013 en los espacios de La Caja, del Centro Cultural Chacao, ha sido, quizá, una de las exposiciones más polémicas de los últimos años en el medio artístico venezolano.
El trabajo expuesto en esta individual requirió unos tres años de realización en los que la artista estudió a profundidad los problemas políticos no sólo de Venezuela, sino de Latinoamérica toda, haciendo énfasis en los patrones repetitivos y en la idolatría que ha caracterizado la aproximación a la historia patria. El resultado fue un cuerpo de obras de una enorme fuerza crítica en el que se revisaba de forma sistemática la destrucción y reconstrucción por los regímenes dictatoriales del imaginario político de una nación, la idolatría casi erótica del pueblo por sus próceres, la imagen siempre presente del caudillo como líder o cabeza de estado, y el carácter falocentrista y patriarcal de la historia política latinoamericana.
La exposición de Castillo no atañe de manera única al contexto venezolano sino que alude a Latinoamérica en general: el machete, imagen recurrente en la muestra, recuerda a los regímenes de Trujillo en República Dominicana o a la hegemonía de Papa Doc (Franҫois Duvallier) y su hijo Baby Doc (Jean-Claude Duvallier) en las que el machete pasó a ser el arma oficial de las milicias que sembraron terror en ambas naciones.
Acción y culto tuvo, como acto de apertura, un performance titulado Garganta profunda. En éste el público era invitado a pasar y lamer, morder o quitarle bocados a un machete, de tamaño natural, de chocolate y polvo dorado comestible. El arma de chocolate, realizada por un chef bajo encargo de la artista, representaba el poder económico de la nación y sus raíces agropecuarias que se vinculan a los hacendados y clases gobernantes. Aludía directamente a las dictaduras latinoamericanas de hasta mediados del s. XX, tan vinculadas con las economías latifundistas y con el control de la tierra.
Durante la inauguración miembros del público fueron acercándose y pasándose el arma de mano en mano, lamieron, mordieron y arrancaron trozos del machete con los dientes: los espectadores, ahora convertidos no solo en partícipes sino en creadores del hecho artístico, devoraron el dorado machete de chocolate en un acto casi eucarístico.
El acto de lamer es para la artista un gesto de apropiación asociado al poder y cargado de una gran energía erótica: la lengua señala un vínculo de poder, en este caso la sumisión y la adoración de los ídolos. Para Freud, la fase oral, la primera de la evolución de la libido, establece un vínculo directo entre el placer y los labios, la lengua y el propio acto de alimentación: a través de la boca se conoce al mundo, se experimenta. Eros y poder, ansias de conocimiento y acto de devoración. El gesto de Garganta profunda se convierte entonces en un acto de insurgencia.
Acción y culto de Deborah Castillo se transformó, rápidamente en un suceso mediático. La obra fue tomada como una crítica directa al gobierno de turno y por tanto fue defendida por opositores y atacada fuertemente por miembros del oficialismo. Estos gestos que llegaron a proporciones alarmantes con cartas de amenaza recibidas por la artista y que le obligaron a alejarse por un tiempo de la vida pública, sólo terminaron legitimando la obra.
Un último acto de censura que termina de consolidar la obra de Castillo ocurrió posteriormente en La Paz, Bolivia, en el marco de la Bienal Internacional de Arte del SIART (2013) a la que fue invitada la artista para llevar su exposición Acción y culto. La embajada venezolana en Bolivia negó el apoyo anteriormente ofrecido a la artista y retuvo las obras durante el día previo a la inauguración del evento. A parte de compartir próceres con Bolivia, quien fue fundada por Simón Bolívar separándola del Perú, no es ningún secreto los estrechos lazos y las afinidades disque-ideológicas que mantienen ambos gobiernos actualmente, siendo el presidente boliviano, Evo Morales, muy cercano al difunto Hugo Chávez. Sorprende entonces la respuesta de las autoridades bolivianas que, ante la censura de la embajada venezolana, reubicaron la exposición de Castillo en los espacios de la Academia de Bellas Artes de Bolivia, mejor acondicionados que los originalmente dispuestos para ella.
Imagino a Castillo sonriendo mientras pasaba su lengua lentamente sobre la escultura de chocolate.
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Obras consultadas
GONZÁLEZ, Lorena. Acción y culto. En: El Nacional. Caracas. Escenas. p. 2. 16/04/2013
MARCHÁN FIZ, Simón. Del arte objetual al arte de concepto: las artes plásticas desde 1960. Madrid: Alberto Corazón Editor. 1972
STRAKA, Tomás. Lamiendo al Libertador. En: El Nacional. Caracas. Papel Literario. p. 5. 17/03/2013
TORRIVILLA, Jesús. Déborah Castillo, domadora de imágenes. En: Revista ojo. 2012. Disponible en: http://revistaojo.com/2012/07/19/deborah-castillo-domadora-de-imagenes/. Fecha de consulta: 10/05/2019
[1] Tanto en este proyecto como en las fotonovelas la artista es acompañada por otros artistas como Muu Blanco e Iván Candeo. Las fotonovelas, a parte, eran dejadas por Castillo en un quiosco de alquiler de fotonovelas bajo el puente de la Av. Fuerzas Armadas para facilitar su distribución.