Sala tomada / Johanna Pérez Daza

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Sala tomada

Johanna Pérez Daza

La presentación de ‘Búnker’ de Juan Toro Diez en la Sala TAC este sábado 26 de marzo me hizo pensar en el cuento ‘Casa tomada’ (1946) de Julio Cortázar. Su argumento gira alrededor de dos hermanos que han vivido en una casa amplia y antigua a la que dedican sus horas y sus rutinas, de la que, progresivamente, son expulsados por intrusos. Una especie de ‘invasores’ empieza a desplazarlos. La presencia misteriosa e imprecisa se manifiesta en ruidos y susurros, los hermanos acaban abandonando la casa tomada.  

Sobre este cuento han surgido nutridas e ingeniosas interpretaciones psicológicas, religiosas y sociopolíticas que van desde el miedo humano a salir del útero materno; el destierro de Eva y Adán del paraíso; o la manifestación de espíritus errantes. Algunos se inclinan por el choque de generaciones (lo viejo desplazado por lo nuevo) y otra lectura lo relaciona con la situación política que vivía Argentina. La casa representaría al país y las fuerzas invasoras serían los sectores populares del peronismo. En cualquier caso, el título y el argumento de este cuento abren múltiples posibilidades y en una nueva conexión me hizo pensar en la acción desarrollada a propósito de la presentación de ‘Búnker’.

En un país en el que la normalidad es escasa, la incertidumbre abunda y se alternan asombros y sobresaltos; la presentación de este libro no podía ser el evento habitual. Hubiese sido incongruente pensar en pétalos de rosas, brindis y pompa frente a la temática del libro. Por lo que acertadamente se decidió una intervención del espacio, la toma de una exposición (Letreros que se ven) por otra (Búnker). La sala tomada. La atmósfera generada fue de penumbra, calor y confusión. En un sótano, extrañados, sin coordenadas seguras, con una ruta imprecisa que nos revelaba, al fondo, la mirada y, por fin, el encuentro. Una metáfora, una ironía, una decisión argumentada que trasladó a los visitantes a un momento alegórico de las condiciones que durante casi un año soportó Joao Dos Santos Correia, un comerciante de origen portugués secuestrado, encerrado en un espacio de 2 metros de alto y 3 de ancho: un búnker, lugar de retención forzada.

Amigos saludándose después de mucho sin verse, voces y gestos variopintos, curiosidad y dudas, el ambiente con cierto toque de luto o funeral. Las preguntas: ¿dónde está? ¿qué pasó? ¿cómo fue? Refiriéndose no a un difunto, sino a la publicación que con apariencia de periódico nos informa y confronta en una experiencia compartida e individual. Reunidos respetuosamente frente al retrato y la publicación, intentando entender y no solo contemplar.

Como en el cuento de Cortázar, acá también han tomado lugares. Expropiaciones, cláusulas, quiebres y huidas son heridas de más de dos décadas. Duelen, incomodan, pero asombran cada vez menos. Hay una extraña y peligrosa resignación de la que la cultura y el arte nos rescatan. Por eso agradecemos este tipo de proyectos. Búnker ha recorrido varios caminos: exhibición, fotolibro y esta experiencia a medio camino entre el performance y la intervención. Cada estadio aporta singularidades.

Sobre el trabajo fotográfico y el compromiso del artista hemos escrito antes en el Blog de La ONG, del que ambos nos sentimos parte. Sobre el fotolibro hay mucho que decir y reflexionar. Sin embargo, en estas líneas quise centrarme en la experiencia de la presentación que es, fundamentalmente, un acto de resistencia desde la cultura que como a Joao nos reencuentra con el instinto irrenunciable de vivir en libertad y con dignidad.


Para ampliar:

Blog de La ONG 
https://laong.org/el-bunker-fotografia-contra-el-olvido-johanna-perez-daza/

Cuento de Cortázar
https://www.ingenieria.unam.mx/dcsyhfi/material_didactico/Literatura_Hispanoamericana_Contemporanea/Autores_C/CORTAZAR/Casa.pdf

‘Búnker’ (2019)
Editado por La Cueva
Fotos: Juan Toro Diez
Diseño: Ricardo Báez

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